20 de agosto de 2010

Será la vida que siempre nos pega un poco...

Cuando una historia termina, el dolor, normalmente, es proporcional a la belleza del amor vivido. Y entonces, llegan puntuales, a traición, los recuerdos.

Mal de amores. Y no se cura fácilmente. No existen medicinas. Ni remedios. No se sabe cuándo pasará. Ni siquiera se sabe cuánto duele. Sólo el tiempo lo cura. Mucho tiempo. Porque cuanto mayor ha sido la grandeza de un amor, tanto más largo resulta el sufrimiento cuando éste se acaba. Es como las matemáticas: se trata ...de magnitudes directamente proporcionales. Matemática sentimental.

 

2 comentarios: